Uno de los mayores
problemas de las energías renovables es
que se producen de manera intermitente mientras que la demanda también conlleva
cambios horarios, diarios y estacionales. Para salvar este inconveniente,
muchos científicos se esfuerzan en buscar modos de almacenar la energía
producida.
Investigadores del grupo Termotecnia de la Universidad de Sevilla han puesto en
marcha un laboratorio para experimentar distintas formas de almacenar la
energía eléctrica de origen renovable transformándola en hidrógeno y encontrar
la estrategia más adecuada para su utilización.
Según ha indicado la
Fundación Descubre, la infraestructura permite simular diferentes
modos de actuación, teniendo en cuenta variables como la demanda eléctrica, la
eficiencia de equipos o la obtención del máximo beneficio económico, y aporta
un modo de funcionamiento óptimo, que luego se puede trasladar a una
instalación real, es decir, a una vivienda o un parque eólico o solar.
Los expertos de la
Universidad de Sevilla proponen un sistema de almacenamiento eléctrico basado
en hidrógeno. El modelo incorpora un electrolizador, es decir, un dispositivo
que consume energía eléctrica y la descompone en oxígeno e hidrógeno, con la
idea de almacenar este último y utilizarlo en una pila de combustible
No obstante, la novedad
de este proyecto está "en la validación de los distintos modos de
funcionar de este sistema de almacenamiento, para obtener los resultados más
adecuados". Así, los expertos definen una serie de variables sobre los
elementos que conforman el sistema y los introducen en una herramienta informática
que aporta una serie de posibles modos de operación, atendiendo a criterios
técnicos, económicos o de seguridad del suministro.
"De esta forma, si
la prioridad es satisfacer la demanda de energía eléctrica se establecerá un
modo, si queremos maximizar la producción de hidrógeno se establecerá otro, si
queremos prolongar la vida de las baterías se define otro modo y si queremos
maximizar el beneficio económico se obtendrá un modo de funcionamiento
distinto", aclara a la Fundación Descubre el investigador, Luis Valverde.
De esta forma, se
definen distintas simulaciones de configuraciones 'tipo' variando los equipos
de producción, almacenamiento y utilización del hidrógeno.
Hasta el momento, los
investigadores han obtenido 600 posibilidades de utilizar la planta. "La
idea es medir el comportamiento global del laboratorio según apliquemos una
estrategia u otra, en función de lo que se quiera priorizar", explica
Valverde.
No obstante, ha
resaltado que los resultados "no se quedan en el laboratorio, sino que se
trasladan a la industria, ya que se trata de modos de simulación que se pueden
implementar en una instalación real, es decir, una vivienda o un parque solar o
eólico. "Las ventajas de la simulación hacen que se pueda elegir qué
sistema de almacenamiento es más adecuado y se puedan dimensionar los equipos
según su finalidad, dependiendo de si funcionarán en una instalación industrial
o doméstica", explica el investigador principal del proyecto Felipe Rosa.
Esta investigación,
calificada de excelencia por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia,
se desarrolla en colaboración con la empresa Hynergreen Technologies, que
colabora aportando datos reales de sus instalaciones. Ambas entidades
participaron previamente en el proyecto Hércules, una iniciativa que cubrió
(2005-2009) toda la cadena del hidrógeno como vector energético.
Fuentes: http://www.muyinteresante.es
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