¿Puede existir desarrollo sostenible utilizando los mismos modelos de
producción y consumo surgidos de la Revolución Industrial?
César Reyes
Sostenibilidad.
1. f.
Cualidad de sostenible.
Sostenible.
1. adj. Dicho de
un proceso: Que puede mantenerse por sí mismo, como lo hace, p. ej., un
desarrollo económico sin ayuda exterior ni merma de los recursos existentes.
Podríamos decir que en la última década, hablar de medio-ambiente es lo
mismo que hablar de sostenibilidad, esa palabra ambigua y que se relaciona con
múltiples disciplinas. Desde el ámbito de la arquitectura y el urbanismo hemos
caído dentro de una espiral de culto por la tecnocracia y se piensa que el uso e investigación de las más altas tecnologías pueden
acercarnos a lo que pretende llamarse “arquitectura sostenible”
Eco-friendly Villa Savoya, Poissy – Le Corbusier, 1929.
© STAR strategies +
architecture.
El gran ejemplo del siglo XXI son las nuevas ciudades sostenibles,
tales como el proyecto de Masdar
City, la gran ciudad ecológica diseñada y ubicada en Abu Dhabi. Alimentada
por completo con energía solar, se planta un sistema de transporte público que
se desplazará en vagones sobre carriles magnéticos y las calles peatonales
estarán cubiertas con paneles fotovoltáicos, diseñados para generar sombra así
como abastecer de energía a la ciudad. Masdar no es el único proyecto de este
tipo en marcha, pues iniciativas de modelos de ecociudades existen por todo el
mundo, tales como la ciudad Dongtan,
en China, que compite con Masdar en términos de tamaño y que aparentemente ha
sido un proyecto fallido.
El sociólogo y filósofo Slavoj Žižek se cuestiona acerca de
estos temas en su texto Censorship
Today [Violence, or Ecology as a New Opium for the Masses]. En este texto,
Žižek narra la “naturalización del capitalismo” y hace énfasis en la forma en
que la ecología se ha transformado en el nuevo campo de desarrollo capitalista.
En la actualidad “ser ecológico” vende… y se vende bien.
Pese a todos los esfuerzos por acercarse al diseño urbano “ecológicamente
más acertado”, parece que los arquitectos y urbanistas hemos aprendido poco en
los últimos 50 años. Existen conceptos importantes como el metabolismo urbano
que son ignorados totalmente en estos nuevos proyectos. Ya desde 1961, Jane
Jacobs criticaba el diseño de ciudades [en este caso, modernistas] al
considerarlas contrapuestas a la naturaleza viva de sus habitantes, quienes se
relacionan en comunidades caracterizadas por capas complejas y en caos aparente
y no según criterios de ordenacion basados en el uso estático del suelo.
Si entendemos metabolismo urbano como el intercambio de materia, energía e
información que se establece entre el asentamiento urbano y su entorno natural
o contexto geográfico, no cabe más que preguntarse ¿cómo es posible que este
tipo de ciudades, aisladas del resto del mundo, construidas por una fuerza
laboral importada y formada por inmigrantes de diversas procedencias, sean
sostenibles?
El impacto de estas ciudades sobre la biósfera es enorme, ya que las
relaciones entre materiales y procesos sociales son casi nulas.
Ahora sabemos que no es posible diseñar bajo parámetros sostenibles sin
tomar en cuenta lo que Óscar Carpintero define como “flujos ocultos”, ya que el
problema ecológico aparece al comprobar que la presión que las economías
realizan sobre el medio ambiente se debe, en gran medida a la dimensión
alcanzada por estos flujos ocultos no valorados. Gran parte de este problema
surge al constatar que un alto porcentaje de los flujos ocultos es importado de
otros territorios.
El problema aparece cuando se comprueba que la sostenibilidad de un país
a veces se logra a costa de importar la sostenibilidad del resto de los
territorios.
Environmentally Friendly Nuclear Power Plant, Dukovany.
© STAR strategies +
architecture.
Existen dos claras posturas cuando hablamos de este tema, la primera es la
que sostiene que para hacer arquitectura sostenible debemos hacer uso de las
nuevas tecnologías en toda su amplitud, llamando al concepto de biomímesis, es
decir, imitar a la naturaleza. La otra aboga por el decrecimiento y
rescatar de la arquitectura tradicional aquellos parámetros que son necesarios
para poder construir con el menor impacto ambiental posible, respetando el
clima, los materiales y los habitantes del lugar. El término decrecimiento nace
de pensadores críticos con el desarrollo y con la sociedad de consumo, como el
economista Nicholas
Georgescu Roegen, que apuesta por la bioeconomía
al intentar situar a la economía como un subsistema de la biósfera. Ya en los
años 70 hizo propuestas que en aquel tiempo resultaban muy premonitorias: dejar
de fabricar armamento, relocalizar las actividades y que la producción se sitúe
cerca del consumidor y otras más que son plenamente aplicables en los tiempos
actuales.
¿De qué forma podemos concebir
mejores ciudades? O en realidad, ¿Es necesario concebir nuevas ciudades? No
sería más sensato detener por un momento las ansias de crecimiento y evaluar
todo ese enorme campo urbano que existe ya y buscar nuevas vías para adecuar
las ciudades existentes a los nuevos requerimientos sociales, culturales y
espaciales de este siglo.
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